Vida de Trabajo


La Granja

Silverio Perez vida de trabajo

 

Don Alberto Pérez, padre de Silverio Falleció un lunes 17 de noviembre de 1923 en un fatídico accidente cuando como era su costumbre iba de la ciudad de México hacia Pentecostés. Hasta entonces la vida de Silverio, de apenas 8 años de edad, había sido placentera al poder disfrutar gracias al trabajo de su padre, de una familia, de una educación escolar siempre bajo la vigilante mirada de sus padres, que no toleraban ninguna desviación en el camino que sus ilusiones se habían trazado para la formación de sus hijos.

El golpe fue terrible para la familia y desde ese entonces, sobre Armando, (Carmelo) el mayor de los hijos, cayó la responsabilidad del trabajo y efectuar lo que antes hacía su padre. Sin embargo, a pesar de su corta edad y en la medida de sus capacidades Silverio ayudaba a su hermano en el trabajo que representaba el ingreso necesario para el mantenimiento de la familia. Fue en ese entonces que Silverio aprendió, entendió y asimiló lo que significaba trabajar no solo para vivir sino para apoyar, sostener, compartir, responder y en ocasiones...., porque no, disfrutar.

 

Silverio Perez vida de trabajoSilverio, a lo largo de su vida, antes, durante y después de su paso por los toros desempeñó diversos trabajos. El primero haciendo barbacoa, que significaba un trabajo de toda la noche del sábado para entregarla en la mañana del domingo muy temprano, para posteriormente, acompañar a su hermano Carmelo a la plaza de toros.

 

El resto de la semana después de la escuela, Silverio trabajaba de ayudante en un taller mecánico y ahí aprendió también a reparar autos. Esto le sirvió mucho cuando años más tarde, a la muerte de su hermano Carmelo y convertirse él en cabeza de familia, a la edad de 16 años, fue chofer de un camión de su propiedad en el que trasladaba diversas mercancías entre semana, y en muchas ocasiones corridas de toros a diversas plazas de la República.

 

Y en muchas ocasiones corridas de toros a diversas plazas de la República.

 

En 1931 durante el entierro de su hermano Carmelo decide convertirse en torero y ahí comienza su historia taurina que terminará el 1o de marzo de 1053, cuando se retira de los toros.

 

Silverio había iniciado una nueva actividad en rancho de Pentecostés. Primero con el negocio de cría de puercos que a raíz de la fiebre aftosa, tuvo que deshacerse de todos los animales que había adquirido. Entonces cambió por ganado lechero.

 

Silverio Perez vida de trabajo

Con este becerro que le obsequió
y envió de E.U.A. John Wayne,
inició Silverio el negocio de
ganado de ordeña.

Cuando se retira de los toros, Pachis y Silverio deciden irse a vivir a su rancho en Texcoco en donde Silverio inicia otras actividades dentro de la política. Ocupó diversos puestos que le permitieron trabajar, disfrutar, iniciar, concluir y compartir con la gente del Municipio de Texcoco muchos logros y satisfacciones.

 

Muchos fueron los años que Silverio desempeñó estas actividades pero nunca desatendió lo que a la larga sería el trabajo que le permitiría seguir proporcionando a su familia el bienestar necesario para vivir modesta pero cómodamente. Esto se, atendiendo el establo de ganado lechero lo que le significaba levantarse a las 4 de la mañana para atender la primera ordeña cuyas actividades incluían bañar el ganado, ordeñar y despachar la leche que se vendía en la ciudad de México. Por la tarde, nuevamente a las 16:00 hrs. La misma actividad que él, junto con sus empleados realizaba todos los días. Por cierto que en el libro que Pachis escribió “Mi Silverio Pérez Faraón y Hombre” relata lo siguiente:

 

El día de la despedida de Silverio y después de la corrida por conducto de Gregorio Ortega extraordinario periodista y gran amigo de Silverio, el entonces Presidente de la República Don Adolfo Ruiz Cortines, le enviaba felicitaciones y un obsequio que conmemorara tan significativa fecha. De inmediato pidió Silverio una entrevista con Don Adolfo Para agradecerle personalmente tanta gentileza misma que le fue otorgada días después.

 

Silverio fue recibido por el Señor Presidente. La cordialidad, la sencillez con que Don Adolfo saludó a Silverio con un “Que tal Compadre”, aflojó la tensión nerviosa que había sentido durante la espera de la entrevista.

 

Don Adolfo le preguntó a Silverio cual iba a ser su ocupación ya estando retirado y al contestarle éste que dedicaría su vida a la granja le dijo: “La economía de los Estados unidos se logró por las granjas que se hicieron en todos los lugares de la Union Americana. Lo felicito “Compadre” y ojalá que fueran muchas las personas que como usted, invirtieran su dinero y su trabajo en la formación de granjas que estabilizaran nuestra producción. Todos tenemos la obligación como buenos mexicanos de procurar el engrandecimiento de nuestra Patria. Se además que usted ocupa un puesto en el Ayuntamiento de Texcoco y espero que desde ahí nos ayude a gobernar con justicia a nuestro pueblo. Siempre que usted lo solicite, estoy en la mejor disposición de ayudarlo”.

Silverio siempre disfrutó cualquier responsabilidad que la vida le pusiera en suerte y en todas, absolutamente en todas....., puso siempre su mayor empeño.

Vida de Trabajo, la granja 2

Incansable y responsable en todas sus
actividades. Silverio atendía personalmente
el  negocio de la venta
de leche en su rancho de Pentecostés.

 

Vida de Trabajo, la granja

Silverio no descuidaba su negocio atendiéndolo
personalmente teniendo presente siempre el refrán
Mexicano “El que quiera tienda...., que la atienda,
si no, mejor que la venda”