Vida Taurina

Inicio de Silverio Pérez

Carmelo hermano de Silverio Pérez Silverio fue una persona que desde pequeño tuvo que luchar contra la adversidad y sobre todo, contra la muerte. Debió sepultar a todos sus seres queridos, desde sus padres, hermanos, un hijo, su adorada Pachis y muchos queridos y entrañables amigos y compañeros. Solo un pedazo de hombre como Silverio pudo lograr ser lo que fue, no solo un gran torero sino una persona querida por todo el mundo y con un calidad humana envidiable.

 

La carrera taurina de Silverio Pérez da inicio tras la muerte en España de su hermano Carmelo, que en realidad se llamaba Armando, quien desafortunadamente el 17 de noviembre de 1929 ante uno de esos llenos que acostumbraba provocar, fue cogido  por el sexto toro de la tarde de nombre “Michin” de la ganadería de San Diego de los Padres. Más de un año después de haber sido herido, en enero de 1931 reaparece y es en Guadalajara donde realizó y de donde no regresaría con vida, ya que meses después de su partida y algunas corridas sufre de una bronconeumonía la que se le complica por las lesiones sufridas por  la cornada de “Michin”. Muere en Madrid el 19 de octubre de 1931.

Silverio Pérez  Vida Taurina

Carta de autorización del entonces tutor de Silverio, el Sr. Antonio
Casillas para solicitar la expedición de su pasaporte y poder viajar a España

A la llegada del cadáver al Puerto de Veracruz. Silverio fue a recoger el cuerpo de su hermano acompañado por su tio Eduardo Montaño. Como el féretro venía con el nombre de Carmelo y el se llamaba Armando, tuvo que velar a su hermano 2 días en las bodegas de la aduana en lo que se habían los tramites necesarios para dejarlos salir de ahí. Ya en el Panteón de Dolores de la Ciudad de México, durante el sepelio con solo 16 años de edad, lágrimas en los ojos y el corazón oprimido por la angustia le dijo a Luis Peláez quien en ese momento lo acompañaba.

 

LUIS..., ¡YO QUIERO SER TORERO!

 

Entre semana, Silverio conducía un viejo y ruidos camión de carga de nombre “Río Frío” para transportar la barbacoa y los domingos iba a bailar al club “El Pirata”, al cual asistían los novilleros Luis Castro “El Soldado” y “El Ahijado del Matadero”. Atraído por el mundo taurino, trabajó como transportista de toros de lidia por lo que tuvo que transformar su camión en uno de redilas. Empezó a presentarse en tientas y un día lo invitaron a participar en un festival taurino que se efectuaba en “El Toreo”, alternando con Severiano González y Anselmo García Barrera. A Silverio lo anunciaban como “Carmelo II” lo cual, como era de esperarse, llamó la atención de la afición. El más rotundo de los fracasos coronó su esfuerzo, quizás el nombre de Carmelo le pesó demasiado y las burlas no se hicieron esperar, decían que no había madera de torero. A Don Felix López “Jarameño”, periodista de Puebla le dolióel revés, le tenía una fe muy grande a Silverio, por lo que organizó un festival más para que Silverio se sacara la espina pero, una vez más no hubo suerte, un nuevo fracaso se consumaría, dándole la razón a la gente que decía que nunca sería torero.

 

Queriendo ayudar económicamente a Silverio, el picador de toros y empresario de “El Toreo”, Antonio Casillas “El Berrendo”, le cedió la concesión del transporte de reses bravas. En algunas plazas del interior se acostumbraba presentar algún espectáculo extra con el objeto de llamar la atención del pueblo y así poder “jalar más público”.

 

Silverio Pérez  Vida TaurinaEn Puebla se invitó al público a que asistiera al desencajonamiento de los toros; después y como platillo fuerte, se soltaría un novillo para “probar” a un muchacho deseoso de hacerse torero. Silverio llegó como siempre transportando los toros que habrían de lidiarse. Una vez realizado esto, la gente esperaba la lidia del novillo prometido y el presunto matador no se presentó. El empresario Don Antonio Casillas, temeroso de provocar una protesta del público presente, le pidió a Silverio que lo sacara del apuro y toreara al novillo. Silverio no sospechaba que aquella tarde se le abrirían las puertas casi inaccesibles de las plazas de toros. El novillo era muy bueno y Silverio lo aprovechó estupendamente, realizando una agigantada faena enfundado en un overol lleno de grasa “El Berrendo” se dio cuenta que ahí había una figura del toreo y se hizo el firme propósito de hacer a Silverio en un grande de la fiesta, aunque Silverio pensó que había sido solo un golpe de suerte, Don Antonio Casillas había vislumbrado un arte excepcional, Silverio era el primero en separa dos estilos, no podría torear jamás como Carmelo, era totalmente diferente. ERA SILVERIO.

 

Silverio vistió por primera vez un traje de luces en San Antonio Acapuluác, donde lidió novillos de Atenco. También por primera vez lo había de llevar a la plaza de toros su fiel acompañante Jorge “El Gordo Canales”, que hasta el último día de su vida seguiría haciéndolo. La suerte volvió a sonreírle, logrando un triunfo más consistente que le valió, por primera vez la salida a hombros. El 23 de abril de 1933.

 

Silverio Pérez  Vida Taurina

Telegrama enviado al Sr. Margeli desde Madrid informándole del
éxito en la presentación de Silverio en la Plaza de Toros de Tetuan
y su repetición algunos días después con el mismo resultado.

Entra en una corrida de selección en “El Toreo”, gracias al apoyo de Don Antonio Carillas en la que alternaría con Emiliano Vega, José Salas “El Sirio”, Jesús “El Güero” Merino, Mario Sevilla y Gabino Aguilar con novillos de Albarrada. Sería para Silverio su prueba de fuego porque, además de buscar ganarse un lugar en la temporada novilleril, de ella dependía su futuro, quería convencerse de una vez por todas de si podría llegar a ser torero. Dos fueron los triunfadores esa Carmelo Péreztarde. Emiliano Vega y Silverio quién triunfó con “su estilo”, la gente comenzó a desligarlo de Carmelo, tenía un sello propio al que haría brillar con su propia luz. Armando de Maria y Campos escribiría “Con el derecho que le da su parentesco con el portentoso lidiador de Texcoco, tan dolorosamente malogrado, abrió el cofrecillo familiar en que se guardan las reliquias del hermano mayor y sacó un capotillo y una muleta que usó ayer. La multitud rugía de emoción y de júbilo al ver moverse y casi no moverse el capotillo y la muleta de Carmelo Pérez, manejados por un familiar que físicamente lo recuerda y que parece ser el legítimo heredero de su portentoso valor”. Sin embargo, no sería el atributo principal de Silverio un gran valor, se distinguiría por su afinado sentido del temple, personalidad, calidad interpretativa y un gran gusto por ejecutar las más variadas suertes taurinas.

 

Conchita, hermana de silverio perez

Conchita, su querida hermana

El siguiente domingo, 30 de abril, toreó alternando con Emiliano Vega y “El Terremoto de Tacuba”: Los 3 salieron a hombros, con lo que lograron que el 7 de mayo se repitiera el mismo cartel alcanzando el mismo éxito.

 

Gracias a esos resonantes triunfos, contrataron a   Silverio para torear la novillada organizada por la Policía de tránsito donde habrían de lidiarse novillos de San Diego de los Padres. La sombra de Carmelo empezaba a asomarse en la vida de Silverio. Ese día tuvo su bautizo de sangre, un novillo le pegó una cornada en la pierna derecha.

 

En su reaparición después de la grave cornada, lidió novillos de Jerónimo Merchant en donde volvió a resultar herido. Estas cornadas echaron a Silverio para atrás, estaba muy reciente el recuerdo de Carmelo. Las siguientes corridas resultaron con éxito regular. Era labor del tiempo rehacer la seguridad que necesitaba para enfrentarse con éxito a os toros.

 

En diciembre de 1934 se fue a torear a Mérida, a su regreso se encontró nuevamente con una tragedia. La muerte de su hermana Conchita quien había muerto repentinamente de una enfermedad del corazón. A efecto de alejarse del triste ambiente que dejaba la muerte de su hermana, Don Antonio Carillas le recomendó que se fuera a probar suerte a España.