Vida Taurina

ESPAÑA

Silverio Pérez Vida TaurinaNOVILLERO

 

En abril de 1935 Silverio decide emprender la aventura por España, abordando el barco en el puerto de Veracruz con únicamente 150 pesetas en el bolsillo pero con una gran ilusión por triunfar en los diferentes ruedos de la Península Ibérica.

 

Al desembarcar, inmediatamente se dirigió a Madrid a hospedarse a la Pensión Mexicana donde había muerto su hermano Carmelo. En ella se encontraban hospedados “Luis Castro “El Soldado”, “El Vizcaino” y Liborio Ruiz.

Silverio Pérez Vida Taurina

 

El 1o. De mayo de 1935, Silverio hace su debut en Tetuán de las Victorias en una novillada de 8 toros. Esto gracias a Domingo González “Dominguín”, a quién Silverio le entregó una carta de recomendación firmada por el empresario Don Eduardo Margeli. Los alternantes fueron, por México Liborio Ruiz y Silverio Pérez y por España Varelito Chico y Manuel Ángel Rodríguez “Manolete”. En su primer toro Silverio no lograba adaptarse a las largas embestidas de los toros españoles por lo que, pasó inadvertido. Para el segundo de su lote y después de un primer tercio sin éxito, brindó la muerte del toro a Fermín Espinosa “Armillita” quien ocupaba un lugar en barrera de primera fila. Armillita le dijo: “Silverio, el toro está muy bueno, quédate quieto y verás que puedes con él”. Haciendo caso a los sabios consejos de “Armillita”, Silverio se quedó quieto y bordó una magnífica faena.

 

Después de nueve actuaciones consecutivas en Tetuán de las Victorias, Silverio torea en Valencia, en donde consigue un gran triunfo, el cual le abrió las puertas para hacer su presentación en la Monumental de Madrid.

 

Desafortunadamente, no fue una buena tarde para Silverio lo que trajo como consecuencia el dejar de torear durante un mes. Vaya que pesó el fracaso en Madrid. Sin embargo, durante ese tiempo, Silverio tuvo la oportunidad única de acompañar a “Armillita” a todos los lugares donde este toreaba. Gracias a esto, pudo ver a grandes toreros de la época como Domingo Ortega, Marcial Lalanda, Manolo Bienvenida, entre otros. Pero además, con esta convivencia del día a día, se inició entre el Maestro Armillita y Silverio, una relación de amistad, respeto y cariño que duraría toda la vida.

 

Recibo de honorarios de Silverio

Recibo de honorarios de Silverio por concepto del pago por Novillada

Su reaparición fue en Barcelona al lado de “Rafaelillo” y Palomino de Madrid”. Sabiendo que era su última oportunidad, decidió jugársela y a pesar de sufrir una aparatosa voltereta, Silverio puso de pié al público, sorprendiendo con su estilo propio para interpretar el toreo, un aire distinto a los demás toreros.

 

El invierno llegaba, por lo que las corridas se suspendían. Al no contar con los recursos suficientes para viajar a México, Silverio decide quedarse en España. Cuando su situación financiera estaba más crítica y todo comenzaba a complicarse, tuvo la fortuna de encontrarse con Lorenzo Garza “El Ave de las Tempestades” quien lo invitó a pasear en su automóvil y éste, al momento de cargar gasolina, tuvo el detalle de regalarle el cambio a Silverio, lo que le sirvió para subsistir un par de meses más durante el invierno. Silverio nunca olvidó este gesto tan humano de Lorenzo siendo esta una de las razones para guardarle al Maestro Garza, un agradecimiento eterno.

 

También se encontraban por España Luis Castro “El Soldado” y “El Vizcaíno”lo que propició que se hicieran grandes amigos.

Con la llegada de la primavera, las corridas se reanudaron con lo que Silverio pudo salir de la precaria Situación.

 

 

Antonio Casillas “El Berrendo”

Antonio Casillas “El Berrendo”
Apoderado, amigo y gran
apoyo para  Silverio

Se presentó en Palma de Mallorca, Valencia, Barcelona. Ya contratado para torear en Sevilla, no le fue permitido torear ya que comenzó el boicot promovido por los toreros españoles quienes no soportaban el triunfo de los diferentes toreros mexicanos por tierras españolas. Poco tiempo después Silverio regresa a México. Afortunadamente cuando en México se estaba desarrollando la temporada de novilladas en El Toreo, lo que le permitiría torear ya que él y sus hermanos Ignacio y Alberto, se encontraban en una muy difícil situación económica. La primera novillada que lidió a su regreso fue alternando con Paco Gorráez y Alfonso Ramirez “El Calesero” con novillos de Jerónimo Merchant. Gran tarde para los tres alternantes. Silverio Cortó las orejas y el rabo. Esa temporada toreo varias novilladas más lo que le permitió, que su situación económica mejorara considerablemente. Algunas tardes tenía éxitos rotundos y en otras fracasaba rotundamente. Así, inspirado, se acomodaba con un toro y realizaba las faenas más extraordinarias, también en muchas ocasiones veía en el toro algo que no le gustaba y no hacía nada. Así era Silverio y así fue hasta su retiro.

 

En noviembre nuevamente la tragedia vuelve a la vida de Silverio, su apoderado, Don Antonio Casillas “El Berrendo” murió repentinamente, era el hombre que lo había sacado del anonimato, cuya muerte significó para Silverio una pena muy grande. Se había acostumbrado a que Don Antonio le resolviera sus problemas. De gran apoyo para salir adelante significó su amigo “Armillita” quien todos los días pasaba por él para ir a entrenar a la plaza de toros. Fue ahí cuando se consolidó su gran amistad.

 

En la temporada de novilladas de 1937 toreó en 8 ocasiones y en casi todas con mucho éxito artístico. Esa temporada alternaba con novilleros punteros como Paco Gorráez, Juan Estrada, Edmundo Zepeda, Gabino Aguilar, Gregorio García, etc.

 

En la temporada de novilladas de 1938, Silverio no había tenido suerte. Padecía de una terrible cosa que en argot taurino se llama “mandanga”. Esa falta de decisión de la que tanto necesita el torero para jugársela en el momento preciso.

 

Regresando de una gira de más de un mes por la frontera, a Silverio aun le restaban 3 novilladas. En la primera de ellas, recién casado, estaba su amada Pachis sentada y silenciosa viéndolo vestirse de luces. Al momento que Silverio se disponía salir rumbo a la plaza de toros, se acercó a Pachis quien tenía la montera en mano a darle un beso. En ese momento Pachis dejó la montera sobre la cama. Silverio era exageradamente supersticioso y el sombrero encima de una cama era una de sus más grandes aversiones. Ya no quería ir a torear,alegando que seguramente esa tarde lo iba a atar un toro. Por supuesto estuvo muy mal, cuidándose hasta el extremo.

 

 

 

Silverio Perez

Derechazo...., Soberbio!

El siguiente domingo repetía en el Toreo alternando con Eduardo Solórzano, Manuel Jiménez “Chicuelin” y el Dr. Urbiola con novillos de Zacatepec. Silverio sentía la necesidad de justificarse. Esa tarde salió confiado, seguro de si mismo y decidido a triunfar. Le tocó en suerte un novillo manso y soso pero eran tantas las ganas de Silverio de triunfar que a como diera lugar lo iba a conseguir. El público se percató de lo malo del novillo por lo que auguraban un nuevo fracaso para Silverio. Pero en una de esas raras reacciones, Silverio empezó a meterse con el toro hasta que lo enseñó a embestir. Los aficionados incrédulos veían a un Silverio distinto, un lidiador tenaz, valiente y con mucho arte, dueño ya de la voluntad del novillo, los aficionados se volvieron locos. Le fueron entregadas las orejas y el rabo, dando la vuelta al ruedo y una vez que recibió los aplausos del público, de dirigió como de costumbre al palco que ocupaba siempre Juan Espinosa, hermano de Fermín y le preguntó si le había gustado su actuación. “Hoy me siento satisfecho, respondió Juan, tu forma de torear esta tarde me ha dejado completamente convencido de que ya estás maduro y listo para la alternativa. Mañana hablaremos de esto”.

 

Unos días más tarde, Juan le confirmó la noticia de que Fermín le daría la alternativa en Puebla el 6 de noviembre de 1938, llevando como testigo a Paco Gorráez, lo que a Silverio le causó gran felicidad quien soñaba con llegar a ser “Matador de Toros”.

 

Pero faltaba por llevarse a cabo aún la última novillada, 15 días antes de la fecha fijada para la alternativa. Desafortunadamente sufrió un putazo en la pierna derecha que fue bien curada por los médicos de la plaza: Javier Ibarra y José Rojo de la Vega quienes le autorizaron a recuperarse en casa.

 

Los días que precedieron a la corrida de la alternativa fueron para Silverio una intensa preocupación. Tenía más miedo que nunca, máxime cuando se enteró que la corrida de “La Punta” que iba a lidiar, era enormemente grande y fea, más de quinientos kilos de peso y unos pitones impresionantes.